"A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.”
(Pedro Lemebel)

Desde antes de nacer, por la forma externa de nuestros genitales, se nos asigna un sexo y un género. A las palabras “niño” o “niña” se imponen una serie de estereotipos, expectativas y mandatos que, queriéndolo o no, trazan trayectorias de vida. A quien nace con vulva se le nombra “mujer” y, aunque cada vez más se asocie a las mujeres los adjetivos de valientes, fuertes y empoderadas, de esa “niña” se seguirá esperando que sea heterosexual, madre y, por supuesto, la responsable última del trabajo doméstico. La “niña” aprenderá también a tener miedo, pues su cuerpo puede ser en cualquier momento un territorio de guerra.

Por otro lado, a quien nace con pene, se le nombrará “hombre”. Esto implica que desde muy temprano no podrá mostrar fragilidad, ni cofraternizar de manera cercana con otros niños, a riesgo de ser etiquetado como “niñita” o “maricón”. A pesar de esto, su palabra y su voluntad será considerada tanto en el espacio público como en el privado, y esto le dará el poder de mantener lo “femenino” en un lugar de opresión.

Estos mandatos patriarcales, heteronormados y binarios, se aprenden y reproducen en la familia, barrio, escuela, medios de comunicación, orden político-institucional.

¿Pero qué pasa si la persona nacida con vulva, subjetivamente se vivencia como un niño? ¿Si al crecer desea a alguien de su mismo género o de varios géneros? ¿O si, al momento del nacimiento sus genitales externos no se pueden asociar directamente a un sexo u otro?

Lamentablemente la respuesta no es alentadora, pues aún hoy las instituciones, la cultura y muchas veces las propias familias ejercen violencia y discriminación contra quienes, por su sexo, género, deseo o expresión, transgreden el binario de género.

En este curso profundizaremos en estas reflexiones, reconociendo el impacto de esta violencia en el goce de los derechos de las personas de las diversidades sexuales y de género, asimismo, compartiremos recomendaciones y herramientas para el ejercicio y resguardo de sus derechos humanos.